El museo está alojado en una histórica casa palacio en pleno casco histórico, con más de mil años de historia. Dispone de diez salas de exposición permanente, un patio cubierto, sala de audiovisuales, aula de cata y enotienda. Este recinto es conocido por albergar las famosas Fuentes del Vino de Ronda, antiguas fuentes de piedra con cuatro grifos de bronce que ofrecen diferentes tipos de vinos por sus chorros, atrayendo a numerosos visitantes interesados en disfrutar y explorar sus deliciosos sabores.
El museo no solo se dedica a la conservación y exhibición de un valioso patrimonio cultural, sino que también promueve activamente el interés por el patrimonio vinícola mediante la curiosidad, la inventiva y la investigación. Pertenece a Bodegas La Sangre de Ronda, consolidándose como un espacio dinámico para la comunicación y el aprendizaje.
El edificio que alberga el museo es de una arquitectura singular, testigo de una tradición milenaria en la elaboración de vinos. Durante su reestructuración se descubrieron vestigios que certifican una ocupación de más de dos mil años, con influencias íberas, fenicias y romanas. El patio central, de estilo típico de una villa romana, revela la intimidad árabe en su distribución en forma de "L". En su época álgida, formó parte de la "Casa del Gigante", un palacio real árabe posiblemente utilizado como bodega. A lo largo de los siglos, el edificio ha sido adaptado y utilizado como residencia y bodega, siendo un punto crucial en la tradición vitivinícola de la región.
Entre las actividades que ofrece el museo se encuentran visitas guiadas, catas dirigidas de vinos tradicionales y talleres de enología, así como una escuela de cata y un taller sensorial del vino. Estas actividades permiten a los visitantes explorar y profundizar en el apasionante mundo del vino, haciendo del Museo del Vino de Ronda un destino imprescindible para los amantes del vino y los interesados en la historia y cultura local