El Puente Mayor de Montoro es una de las joyas arquitectónicas más emblemáticas de la ciudad. Enclavada a orillas del río Guadalquivir, este puente, construido en el siglo XV, es testimonio vivo y fiel reflejo de la importancia histórica y estratégica que tuvo Montoro a lo largo de los siglos.
Su estilo es gótico tardío, con elementos renacentistas, y fue una obra maestra de la ingeniería civil en su tiempo.
Hoy en día, el Puente Mayor de Montoro sigue siendo un punto de paso para los habitantes y un lugar de gran valor patrimonial. Ha sido declarado Bien de Interés Cultural y su cercanía a otros monumentos de Montoro, como la Plaza de España y la Torre del Reloj, lo convierte en una parada obligatoria para obtener una imagen global de otros tiempos.
El Puente Mayor, también conocido como Puente Viejo, se extiende sobre el Guadalquivir con un total de siete arcos de medio punto, construidos en piedra arenisca rojiza, un material característico de la región. Este color le otorga al puente una apariencia distintiva y muy destacada respecto a otros puentes, especialmente al atardecer, cuando la luz del sol acentúa el contraste. Cada uno de sus arcos se apoya en robustos pilares.
El puente no solo ha sido una infraestructura fundamental para el desarrollo comercial y económico de Montoro, facilitando el tránsito de personas y mercancías, sino que también ha jugado un papel crucial en la defensa de la ciudad en tiempos de conflictos. A lo largo de su historia, Montoro fue un punto estratégico en las rutas que conectaban Andalucía con el resto de la Península Ibérica, y el Puente Mayor fue vital para el control del paso del río Guadalquivir.
El entorno del puente también es de gran atractivo. Desde él se obtiene una vista panorámica del casco histórico de Montoro, con sus calles empinadas y fachadas de casas blancas que se agrupan en torno al cerro donde se asienta la iglesia de San Bartolomé. La imagen del Puente Mayor reflejándose en las aguas del Guadalquivir, con el fondo de las colinas y olivares que rodean la ciudad, es una de las postales más icónicas de Montoro y un punto de atracción para fotógrafos y visitantes.