El monasterio de la Cartuja de Granada, también conocido como monasterio de Nuestra Señora de la Asunción, es uno de los máximos exponentes de la arquitectura barroca española y andaluza.
Su construcción comenzó gracias a la cesión de unos terrenos por parte del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, aunque no llegó a construirse ahí, con el desentendimiento del militar castellano.
En 1516 se reiniciaron las obras que durarían tres siglos, de los cuales sólo se conserva una parte, por la destrucción de algunas partes, y permaneció habitada hasta 1835.
El Real Monasterio albergó a una comunidad de monjes cartujos desde su fundación en el siglo XVI hasta la exclaustración del año 1835. Aunque mezcla diversos estilos, representa una de las cumbres de la arquitectura barroca española.
Actualmente, está considerada como Bien de Interés Cultural fue declarado Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.
De exuberante decoración, sus espacios más célebres son la iglesia, la sacristía, de autor desconocido, y el sagrario que es obra del maestro Francisco Hurtado Izquierdo y cuenta con una impresionante cúpula pintada por Antonio Palomino. El edificio alberga en su interior una importante colección de pinturas, entre las que destacan las del cartujo Juan Sánchez Cotán.