Maimónides nació en Córdoba al final de lo que se ha denominado la edad de oro de la cultura judía en al-Ándalus, en una familia distinguida por vía paterna. Sus antepasados eran jueces rabínicos, estudiosos y líderes comunitarios, con un linaje que se remonta al rabí Yehudá Hanasí, redactor de la Mishná en el siglo II. Por otro lado, su familia materna provenía de un origen más humilde; su madre, que falleció al dar a luz, era la hija de un carnicero, y su padre se casó nuevamente después de su muerte.
Desde una edad temprana, Maimónides comenzó sus estudios de la Biblia y el Talmud en Córdoba, además de sumergirse en la filosofía y la ciencia, especialmente a través de las obras clásicas griegas traducidas al árabe. También se interesó profundamente en la ciencia y la cultura islámica. A pesar de que Maimónides rechazaba el misticismo, su filosofía mostraba algunas influencias de este enfoque. También desestimaba la poesía, considerándola como algo no beneficioso para el ser humano, al creer que estaba basada en la imaginación. Sus estudios de la Torá fueron guiados por su padre, Maimón, quien había sido alumno del rabino Joseph ibn Migash, formado en Lucena.
El exilio se convirtió en una realidad para Maimónides y su familia cuando el Califato almohade conquistó Córdoba en 1148, eliminando los privilegios de los no musulmanes y desencadenando la conversión forzada, el exilio o incluso la muerte para las comunidades judías y cristianas. Después de un período de vagar por el sur de la península ibérica, la familia se estableció en Almería, donde permanecieron hasta que la ciudad cayó en manos de los almohades en 1157. En ese momento, como muchos otros judíos, optaron por el exilio. Se cree que Maimónides fingió una conversión al Islam durante su huida, pero esta supuesta conversión fue revocada una vez que llegó a Egipto.
Después de dejar la península ibérica, Maimónides probablemente se trasladó a la Provenza francesa antes de dirigirse al Magreb. Pasó cinco años en Fez, Marruecos, antes de verse obligado a emigrar nuevamente debido a la hostilidad almohade hacia los judíos. Durante este período, publicó su aclamado comentario sobre la Mishná entre 1166 y 1168. Luego, viajó con dos de sus hijos en barco desde Marruecos hasta Acre, bajo dominio de los cruzados, y visitó varias ciudades santas antes de establecerse finalmente en El Cairo en 1168.
En Egipto, Maimónides continuó sus estudios y se destacó como médico, llegando a ser el médico personal del gran visir Al-Qadi al-Fadil y, más tarde, del sultán Saladino y su familia. Su experiencia médica lo llevó a escribir tratados influyentes sobre una variedad de enfermedades y a adoptar una perspectiva que enfatizaba la moderación y un estilo de vida saludable. También se destacó por su compasión y atención a los pacientes, a pesar de su propia rutina extenuante. A pesar de su ocupada vida como médico, Maimónides también se dedicó a la enseñanza y escribió extensamente sobre la ley judía y la filosofía, estableciéndose como un líder intelectual y espiritual en la comunidad judía de El Cairo.
La muerte de su hermano David, quien se ahogó mientras intentaba hacer un viaje comercial a la India, fue un golpe devastador para Maimónides. Se enfermó gravemente y sufrió una gran pérdida emocional por la tragedia. A pesar de esta tragedia personal, Maimónides continuó desempeñando un papel prominente en la comunidad judía y en la corte egipcia.
Maimónides falleció el 12 de diciembre de 1204 en El Cairo, dejando un legado duradero como filósofo, médico y líder comunitario. Sus obras continúan siendo estudiadas y admiradas por su profundidad intelectual y su influencia en múltiples campos del conocimiento. Su tumba en Tiberíades, Israel, sigue siendo un lugar de peregrinación para aquellos que desean rendir homenaje a uno de los más grandes pensadores judíos de la historia.