La ermita alberga la imagen de Santiago Apóstol, Patrón de Posadas, una figura que reemplaza a la talla original destruida durante la Guerra Civil Española. La imagen actual muestra a Santiago montado en un imponente caballo blanco, recordando la legendaria aparición del santo en la batalla de Clavijo.
Situada en un alto conocido antiguamente como "El Cerrillo" y cerca del camino real de Córdoba a Sevilla, la ermita se encuentra rodeada por un entramado de puntos de interés religioso. Al norte, antiguamente estaba la ermita de Bella Rosa; al sur, la parroquia; al oeste, la ermita de Jesús; y al este, la desaparecida ermita de la Virgen Coronada. Este cruce de ubicaciones sagradas convierte la Ermita de Santiago en un centro neurálgico de la espiritualidad en Posadas.
Construida probablemente en el siglo XVI, se menciona en documentos antiguos, como el testamento de Juan Álvarez de 1511, quien dejó una donación para “Santiago de las Posadas”. La configuración actual del templo es el resultado de una restauración realizada en 1793 bajo la dirección de Juan Rafael Jerez, un maestro de obras que contribuyó a darle su apariencia definitiva. En el interior, la nave única está dividida en dos tramos, uno con bóveda de cañón con lunetas y el otro con una cúpula en el crucero, lo que aporta un estilo armonioso y solemne.
Cada mes de julio, en torno a la festividad de Santiago, la ermita se convierte en el epicentro de las celebraciones locales, reviviendo tradiciones que conectan a los habitantes de Posadas con su historia y su fe. La devoción a Santiago como Patrón de Posadas se mantiene desde tiempos inmemoriales, aunque se desconoce la fecha exacta en que fue proclamado protector del pueblo