El Castillo de Doña Mencía, fundado en 1415 por Diego Fernández de Córdoba, es la pieza central de este conjunto histórico. Con su planta trapezoidal y sus imponentes murallas, conserva gran parte de su estructura original. Las excavaciones recientes han revelado incluso vestigios de ocupación neolítica, remontándonos a tiempos ancestrales.
Cinco Etapas de Ocupación
A lo largo de los siglos, el Castillo ha sido testigo de cinco etapas de ocupación, desde la época tardorromana hasta principios del siglo XX. Desde una atalaya levantada por la Orden de Calatrava en el siglo XIII hasta su transformación en almacén, granero y molino en el siglo XVI, el Castillo ha sido testigo de los cambios que han marcado la historia de Doña Mencía.
El Patio de Armas y sus Secretos
En el interior del Castillo, el Patio de Armas revela su encanto con un pozo y una fuente octogonal de influencia mudéjar. Aquí, entre pilares de piedra y estancias traseras, se puede sentir la esencia de siglos pasados. Además, se pueden admirar los restos del molino del Duque de Sessa, un ejemplo excepcional de la tecnología preindustrial para la producción de aceite.
El Pósito Municipal: Guardián del Abastecimiento
Extramuros, el Pósito Municipal reconstruido en 1759 sirvió como almacén de pan y cereal para garantizar el abastecimiento en tiempos de escasez. Los arcos que separaban sus naves originales aún permanecen, recordando su función vital en la vida de la comunidad.
Una Mirada al Pasado desde lo Alto
El ascenso a la Torre del Homenaje ofrece una vista panorámica del conjunto arqueológico y del paisaje que lo rodea. Desde este magnífico mirador, se puede contemplar la belleza del parque natural de las Sierras Subbéticas y apreciar la estrecha relación entre la historia y la naturaleza.