Su origen se remonta a la época islámica de al-Ándalus, aunque la mayor parte de la estructura que se conserva pertenece a las reconstrucciones realizadas durante los siglos XIII y XIV. Este castillo, de carácter militar, se erige como una defensa crucial en la frontera entre la Corona de Castilla y el Reino nazarí de Granada.
Como muchas de las fortalezas andaluzas, el castillo de Priego tuvo una historia de disputas y cambios de manos. En el siglo IX, el líder rebelde Omar ibn Hafsún lo retuvo bajo su control durante varios años, enfrentándose al Emirato de Córdoba. Posteriormente, el castillo fue recuperado por las autoridades cordobesas. Sin embargo, fue en 1226 cuando el monarca Fernando III de Castilla lo conquistó definitivamente para los cristianos, y en 1246, fue entregado a la Orden de Calatrava, quienes, además de reforzar la fortaleza, construyeron la famosa Torre del Homenaje.
Durante el siglo XIV, el Reino nazarí de Granada tomó Priego, restaurando sus murallas y ampliando la fortaleza, pero en 1341, el rey Alfonso XI recuperó la villa para los cristianos. En el siglo XV, el castillo pasó a ser residencia noble. En 1370, Enrique II de Trastámara concedió el señorío de Priego a Gonzalo Fernández de Córdoba, quien se convirtió en el primer señor de Aguilar y Priego, marcando el inicio de la transición del castillo de una fortaleza militar a una mansión señorial.
La fortaleza siguió siendo importante durante los siglos siguientes, y en 1502, tras la Guerra de Granada, los Reyes Católicos otorgaron el título de Marqués de Priego a Pedro Fernández de Córdoba, quien se instaló en el castillo. A lo largo de los siglos, la estructura sufrió diversos daños, siendo uno de los más significativos el terremoto de Lisboa en 1755.
En el siglo XX, el castillo fue utilizado para otros fines. En 1946, la fortaleza fue adquirida por Luis Fernández de Córdoba, quien la utilizó como granero. Posteriormente, la familia Rubio la arrendó para convertirla en un silo hasta 1971. Finalmente, en 1996, la fortaleza fue donada al Ayuntamiento de Priego para su conservación y apertura al público.
Hoy en día, el Castillo de Priego de Córdoba es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Su Torre del Homenaje es uno de los elementos más representativos, y las vistas panorámicas que ofrece sobre la ciudad y el entorno natural son espectaculares. Visitar este castillo es viajar en el tiempo, desde su origen islámico hasta su reconversión en una residencia noble, y es una parada obligatoria para los amantes de la historia y la arquitectura.