El uso de baños en la cultura islámica tiene una doble función: parte del ritual religioso y centro de la vida social. Los baños solían estar ubicados en lugares estratégicos, como a la entrada de las ciudades, sirviendo de antesala a las mismas, similar a una gran mezquita. En el caso de Ronda, los baños se encuentran al pie de la desaparecida Puerta de la Puente, lo que los hacía un punto de acceso fundamental a la ciudad.
Durante la Edad Media, el barrio de San Miguel, donde se ubican los baños, era un arrabal islámico de gran actividad artesanal y agrícola, lleno de pequeñas viviendas y talleres. Este barrio gozaba de un esplendor que contrastaba con la situación actual, donde los baños parecen estar fuera del centro urbano. La importancia de estos baños se subraya por su tamaño y la complejidad de su diseño, indicativos de su papel central en la vida de la ciudad islámica.
Organización
La organización de los baños se basaba en la captación y distribución del agua. Para ello, se construyó una noria en la confluencia del arroyo de las Culebras y el río Guadalevín. El agua era conducida a través de un pequeño acueducto hasta la leñera, donde se encontraba la caldera y un pequeño aljibe. Desde allí, el agua se distribuía a las diferentes salas: la sala fría, la templada y la caliente. El calor se generaba mediante el hipocausto, transmitiendo aire caliente a las salas, y el vapor se conseguía arrojando cubos de agua sobre el suelo caliente de las salas caliente y templada.
La sala de ingreso al baño, que servía de punto de inicio y final del proceso de aseo, estaba compuesta por habitaciones de servicio como letrinas y vestuarios, organizadas alrededor de una pequeña alberca. Esta sala estaba cubierta con una gran cúpula apoyada sobre pilares cruciformes y arcos rebajados.
Visita Turística
Visitar los baños árabes de Ronda es una oportunidad única para sumergirse en la historia y la cultura islámica. El sitio ofrece una visión fascinante de la arquitectura y la ingeniería medieval, así como de la vida cotidiana en una ciudad islámica. La belleza y la sofisticación de su diseño son testimonio de la importancia que estos espacios tenían en la vida social y religiosa de la época