¿Que vinculación tiene el autor del inmortal Don Quijote con la ciudad de Córdoba y su provincia?. Y no sólo por unos meros párrafos, sino porque en esta ciudad quedan sus recuerdos.
En la céntrica plaza de la Compañía, las Reales Escuelas Pías de la Inmaculada colocaron una placa en su fachada recordando que allí en 1555, en el entonces Colegio de Santa Catalina, de jesuitas, entró Cervantes. Por lo que tenemos la certeza que Don Miguel estudió unos años allí y, por tanto, residió en Córdoba.
Y sin ningún margen de duda, en Córdoba vivió y murió su abuelo paterno, Juan de Cervantes, que desempeñó los cargos de corregidor de la ciudad de Cuenca, teniente de corregidor y alcalde mayor interino de la ciudad de Córdoba, del Estado de Baena y Condado de Cabra.
Y que por algún motivo, en vida o muerte de éste, su hijo Rodrigo y su nieto Miguel se mudaron desde Alcalá de Henares para vivir en esta ciudad. Parece que Miguel aprendió a leer en una academia en la plaza de la Magdalena, antes de ingresar en el Colegio de Santa Catalina.
Y centrándonos en su obra, podemos encontrar detalles que demuestran que conocía Córdoba y provincia en profundidad. Por ejemplo, en el episodio de la venta, en el Quijote, pone entre los manteadores de don Alonso a agujeros de la posada de la plaza del Potro, lugar de pícaros y mentidero de la Córdoba de los Austrias. Y en su libro